sábado, 24 de enero de 2009

galicia terra única


-¿Cómo es Galicia?- me preguntaron una vez. Lo cierto es que no supe qué decir. ¿Cómo es? ¿Qué es? ¿Qué siento por ella?

Voy a intentar describirla con los cinco sentidos...

VISTA.- A pesar del fuego de hace dos verano, Galicia sigue siendo del color de la esperanza. No en vano es prima de Irlanda, la Isla Verde. Es de montes suaves, frondosos, en los que, desgraciadamente, cada vez hay más eucalipto y menos roble. Es de paisajes de contrastes en sus costas. El hermoso y bravo Finisterre, con el océano golpeando sus rocas, que llevan milenios resistiendo sus empujes. Es de suaves y dulces playas de ría. Es de noble y vetusto granito. Galicia es un regalo para la vista. Los ojos descansan, dejándose mecer por sus colores y sus atardeceres.

OÍDO.- Escuchar a Galicia es escuchar el tañido de una zanfoña. El rumor del mar en calma, y el rugir del Atlántico bravío. Es escuchar la campana de la Berenguela. Lluvia. Alegre bullicio universitario. Es un alalá y un aturuxo volando en el viento. La mejor descripción auditiva de mi Galicia está en "O son do ar" ("Plenilunio", Luar na Lubre).

OLFATO.- Pescado fresco, mar, tierra mojada, hierba fresca, mimosa... Costa e interior, con distintos aromas, pero unidos a un mismo lugar.

GUSTO.- Patatas de Xinzo, pan de Cea, marisco, pescado, lacón... Contundente caldo de grelos, crujientes filloas. Sabor a leche, a bizcocho de nata, a ternera gallega. Albariño y Ribeiro, aguardiente, licor de hierbas y licor café. Queimada. Conxuro. El aire, en la costa, sabe a sal.

TACTO.- Palmas encallecidas por las labores del campo y del mar. Humedad en el ambiente. Arrugas en los rostros curtidos por el aire. Palpad las rocas y sentireis su orgullo. Tocad el granito, y sentireis siglos de historia y de espiritualidad en vuestros dedos.

¿Qué puedo decir de mi tierra?